Allí estaban, a pesar de Twitter y Whatssap

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Personas esperando para votar en el Centro Cívico Joan Puig i Elías  de Sallent, Barcelona. Diego Sánchez

Vi determinación y vi entereza. Vi solidaridad y vi alegría. Y también vi respeto, y vi comprensión hacia el trabajo de la prensa española (algo difícil de ver estos días). Todo eso vi en Sallent, provincia de Barcelona. En el colegio electoral del Centro Cívico Joan Puig i Elías se pudo votar. Unas 2.000 personas introdujeron sus papeletas en las cuatro urnas de plástico dispuestas por la Generalitat.

En ese mismo colegio también se pudo informar, sin presiones y “sin gritos de manipulación”. Se pudo explicar cómo una patrulla de los Mossos d’Esquadra hizo acto de presencia para constatar que había demasiada gente como para desalojar y precintar el colegio con seguridad. Se pudo emitir en directo el voto de la diputada por la CUP al Parlamento de Catalunya, Anna Gabriel. También fue posible escuchar sus valoraciones sobre la jornada. “Agradecimientos a los que han hecho posible que la gente vote, lamentar las actuaciones de la policía, y el convencimiento de que los resultados del referéndum serán vinculantes”, dijo Gabriel.

Guardia Civil y Policía nacional, nunca llegaron. Quizá en los planes de los responsables del dispositivo nunca se encontró el actuar en Sallent. Pero el miedo y la inquietud por la llegada de los furgones, se vislumbraba en las constantes miradas nerviosas de la gente hacia la puerta de acceso. A partir de primera hora de la tarde, la tensión era evidente. “No abandonemos la entrada, no vayáis a casa a comer, si ven poca gente, pueden venir a precintar el colegio”, gritaron varias veces a través de un megáfono.

La carga parecía segura. Y allí estaban. Familias, niños, gente mayor. Charlando, compartiendo la comida, jugando a la pelota, votando, esperando. Esperando quizá a ser desalojados a la fuerza por la policía. A recibir golpes, o empujones, en el mejor de los casos. Pero allí estaban. Entonces comprendí que los valientes eran ellos. Las imágenes de vídeo de las intervenciones de la policía corrían como la pólvora a través de las redes sociales: Twitter, Whatssap. Sabían qué era lo que les esperaba. Y sin embargo, allí estaban.

“Informad bien por favor”, “están viniendo 20 furgones de la Guardia Civil”, “la policía está en el pueblo de al lado”, o “gracias por el trabajo que estáis haciendo”, son sólo algunas de las frases que hoy, día de resaca informativa, todavía retengo en la memoria. “Estamos aquí para explicar lo que sucede en directo, las imágenes hablarán por si solas, hay poco margen para hacer política, o manipular”, esa era mi respuesta cuando alguien, -siempre con educación-, me abordaba al ver el micrófono.

Es cierto que percibí miradas recelosas, miradas escrutadoras, miradas incluso inquisitivas. Un bajo precio, -ahora lo creo-, para lo que esas personas estaban dispuestas a soportar, con el único objetivo de mantener su colegio electoral abierto. “En Sallent, -cuna minera-, siempre pasa lo mismo”, -me confesó un andaluz que con 14 años llegó al pueblo, y que durante 40 años trabajó arrancando la sal a la roca-, “cuando pasa algo así, todo el pueblo se vuelca”.

6 comentarios

  1. Te escribo para darte las gracias, soy la señora que antes de que abrieran las puertas de colegio electoral te pedí por favor que contarás las cosas como las veías si poner ni quitar nada. Veo que así lo has hecho, gracias hoy me has devuelto la fe en el periodismo.

  2. Meritxell Garcia Peixoto · · Responder

    Gracias Diego. Realmente fue como lo describes. Gracias, mil gracias por describir la verdad.

  3. Gracias por contarlo tal y como fue y como lo viviste. A día de hoy es triste que no podamos fiarnos de lo que la prensa nos cuenta. Muchas gracias, por hacer tu trabajo desde la verdad y el respeto. Por narrar simplemente lo que vieron tus ojos, escucharon tus oídos y tú mismo pudiste sentir.

  4. Meritxell Marí · · Responder

    Gracias por tu relato,eso es lo que fue. Yo estava alli, con todos, con el pueblo, los amigos…queriendo votar, guardando el colegio por si venian, dispuesta a ser desalojada por si venian…e ilusionada al mismo tiempo por defender nuestros derechos, nuestra voz.
    Mil gracias por estar ahi y contar lo que fue.

  5. Gracias. Hay que contar lo que pasa y tu lo has hecho!

  6. No estaba en ese mismo colegio. Estaba defendiendo otro de Sallent, pero en todo caso me alegro que reflejes lo que vieron tus ojos.No se si toda la prensa,canales y programas de televisión han mostrado lo mismo.Es por eso el recelo que detectaste…porque nosotros sí que lo vemos todo.Permíteme que dude que toda España viera lo mismo. Mil gracias por tu profesionalidad

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