El confinamiento agrava el Alzheimer en pacientes y sobrecarga a sus cuidadores

En España hay 800.000 personas que padecen Alzheimer. El confinamiento debido a la crisis sanitaria por la Covid19 ha agravado el estado de la enfermedad en los pacientes y también ha sobrecargdo a sus cuidadores.

ENTREVISTA A JOSEP VILAJOANA, PSICÓLOGO DE LA ALZHEIMER CATALUNYA FUNDACIÓ

La cuidadora de Lidia le coloca la mascarilla.

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a los enfermos de Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer, las fases por las que atraviesa son muy distintas. En aquellos enfermos que estaban en una fase inicial, lo que se acusa con el confinamiento es que han dejado de hacer actividades que eran sus rutinas y que les estabilizaban. Eran también un bálsamo para los cuidadores, han tenido que convivir, y dejar las rutinas, y vivir la incertidumbre.

¿Cómo gestionar la incertidumbre?

La incertidumbre ellos la viven muy mal, mañana iremos al médico, tienen una dificultad para situarse en el tiempo. Esta dificultad ha producido dificultades de conducto, no entender el porqué no podemos salir a la calle, es difícil de entender para los enfermos.

¿Cómo puede explicar el cuidador que nos afecta una pandemia?

La enfermedad de Alzheimer altera lo cognitivo, si el cuidador ha aprendido cómo explicar al enfermo aquellas cosas que no, se las puede colar con cariño. Probablemente de esta manera se pueden conseguir muchas cosas. Si la relación es muy directa en plan, “no se puede porque no se puede”, y si el mensaje es muy poco empático, las reacciones del enfermo son catastróficas.

¿Cuáles son las principales consecuencias del encierro en los enfermos?

En la fundación hemos recibido llamadas por desestabilizaciones. Nerviosismo, ansiedad ante lo desconocido, etc.  Las rutinas, para un paciente obsesivo, lo tranquilizan. Para los pacientes de Alzheimer, también. Cuando se experimentan cambios de rutina, intranquilizan a los pacientes. Una respuesta habitual es la agresividad, porque no entienden “por qué no pueden salir a la calle”, por ejemplo.. La agresividad se atenúa por sus rutinas. La apatía es otro síntoma.

¿Cómo ha afectado el confinamiento a los cuidadores?

Si el cuidador está muy alterado, se producen reacciones que pueden llegar a ser agresivas. Se han detectado muchas situaciones de sobre carga, aunque ante la situación de necesidad, los cuidadores han hecho de tripas corazón. Pero lo peor viene después. Cuando el enfermo pueda ir al centro de día, el cuidador puede que desarrolle un sentimiento de irritación, de tristeza, de ansiedad, de pérdida.

¿El confinamiento ha podido empeorar o acelerar la enfermedad?

Sí, el hecho de estar confinado, de haber roto las rutinas, de enfrentar situaciones que no se entienden, a mucha gente les ha llevado a sentimientos de nostalgia, depresivos, de tristeza. Y eso puede llevar a acelerar las fases de desarrollo de la enfermedad. El mero hecho de estar confinados, no les ha permitido seguir con sus rutinas. Y se han quedado sin acceso a determinados estímulos de mantenimiento, como podían tener en un centro de día, donde se saludaban, hacían talleres, etc.

¿Se puede recuperar lo perdido en el confinamiento?

Pueden llegar a reaprender lo que hayan perdido. Dos meses y pico son suficientes para perder una conducta.

¿Cómo se puede ayudar a mejorar la estimulación de los enfermos?

Los pacientes, aunque no sepan identificarlas, se ha comprobado que sienten las emociones hasta el mismo día de su muerte. Así que hay que regresar a las emociones. Normalmente los pacientes con Alzheimer conectan muy bien con los niños, porque muestran más fácil las emociones. El tocar y abrazar deberíamos seguir haciéndolo, aunque es complicado hoy en día.

¿Cuál sería la manera de actuar ahora para mejorar su situación?

Reabrir centros de día. Es un recurso que es muy útil, en parte para los propios enfermos, es un elemento de riesgo de contagio, eso está claro. Pero la vuelta a la rutina en centros de día debe hacerse siguiendo todos los protocolos de seguridad. Hay otra vía de actuación que tiene que ver con aumentar los recursos de apoyo en el domicilio.

¿Cómo ven los enfermos el uso de la mascarilla?

Una mujer, que había sido enfermera, ya jubilada, que tiene Alzheimer, al principio

preguntaba si es que había vuelto una guerra, porque había vivido la guerra civil, o mundial…. Sí que ha sido un perplejidad, ya no digo el traje de buzo, sino la mascarilla, el problema es no poder entenderlo. En general para cualquier enfermo de Alzheimer es difícil de entender que tengamos que ir con mascarilla. Si no lo entiende cognitivamente, el cuidador tendrá que vendérselo con cariño para que lo acepte.

¿Los pacientes entienden que nos enfrentamos a un virus desconocido?

A lo mejor los que están en fases iniciales, y tienen conocimientos de medicina, a lo mejor sí. Pero si no, es muy improbable que entiendan qué hay peligro por un virus.

¿De qué manera les afecta leer, escuchar o ver noticias sobre el Coronavirus?

Imagine que un señor que ha sido muy del Barça o del Madrid, ahora puede estar viendo un partido de fútbol y ni inmutarse. Eso se puede trasladar a las noticias. Es muy probable que no puedan interpretar el mensaje. Pueden hacer una reinterpretación. Por ejemplo, ver por televisión a militares desinfectando puede hacerles recordar los tiempos de la guerra. El hecho que el paciente ya no esté entendiendo los mensajes de la televisión hace recomendar al cuidador suprimir la televisión.

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