Parecía sentirse muy cómodo el candidato de los socialistas catalanes, Pere Navarro, en este inicio de campaña. Terrassa, ciudad de la que ha sido alcalde durante varios años ha sido el lugar indicado para dar el tiro de salida en su andadura hacia el 25N. A pesar de que todas las encuestas publicadas hasta el momento le auguran un descalabro de colosales dimensiones, Navarro está dispuesto a presentar batalla. Y para este lance ha elegido un caballo, ya portados conocido, llamado estado federal.
Entre gritos intermitentes aunque sosegados de «presidente, presidente», Navarro ha ido desgranando su primer discurso de campaña. Ha empezado destacando lo que a juicio de los socialistas catalanes han sido los principales fracasos del gobierno de Artur Mas. Estos se basan, principalmente en la no reactivación económica de Catalunya, los recortes en políticas sociales y el frustrado pacto fiscal. El candidato del PSC también ha arremetido contra la «irresponsabilidad» de Artur Mas, del que dice haber necesitado tan solo dos horas de reunión con Rajoy para afirmar que no había posibilidad alguna de entendimiento con el gobierno central. De ahí que Mas decidiera crear automáticamente «una gran cortina de humo» que, según Navarro, se trataría de la independencia de Catalunya».
Ante esa «cortina de humo», Pere Navarro ha dicho que pretende responder con responsabilidad y defender nuevamente su postura de apostar por un estado federal. Y ha asegurado además que en estas elecciones lo que hay en juego es algo más que la independencia de Catalunya. En ese sentido ha hecho alusión a las pésimas cifras del paro, a los recortes sociales y a las quejas de los ciudadanos de a pie. Navarro ha cerrado su primer discurso pidiendo el voto para su partido alegando que mientras que los votos de PP y CIU «van directamente a los recortes», los del PSC son la esperanza, el futuro, la justicia y la honradez.
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