EL BOROBUDUR MÁS TRADICIONAL Y LAS HORDAS DE TURISTAS

 

Vista desde la parte alta de Borobudur, en Yogyakarta (Indonesia).

 

El templo de Borobudur está enmarcado en un entorno montañoso, de frondosa vegetación tropical y un clima más fresco. Salpicado de campos de tabaco y arroz y palmeras. Lo rodean varios pueblos que se vertebran alrededor de un pequeño camino mal asfaltado.  De buena mañana, antes de la salida del sol, uno puede acercarse hasta el mirador de Kamal para admirar el amanecer disfrutando de una taza de té y un delicioso plátano rebozado.

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Campesinas portando fardos de hojas de tabaco, en Yogyakarta (Indonesia).

 

De bajada hacia el templo el visitante verá como la vida surge como el borboteo de un manantial. Centenares de niños y niñas se desperezan caminando por la carretera cargados con sus mochilas escolares, o bien hacen esfuerzos para mantenerse en el asiento de atrás de la motocicleta de sus padres. De camino a los campos se dejan ver los primeros labradores ataviados con sombreros de ala circular, acabados en pico al estilo camboyano. El fresco de la mañana apremia a los vecinos a activarse. Algunas mujeres mayores cargan, a pie de carretera, cestos altísimos repletos de hojas de tabaco. Los transportan hasta un porche cercano donde los depositan.  Los gallos cacarean y junto con las gallinas campan a sus anchas entre las casas que se sitúan a lado y lado del camino.

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Interior de una casa de campo de Yogyakarta (Indonesia).

 

Los campos de conreo se extienden a lo lejos, cuál pedazos de tela de colores verdes, marrones y ocres. En este ambiente de postal, Atik nuestra guía, nos condujo hasta Borobudur. Quizá la mayor atracción de Yogyakarta. Un templo budista donde los libros que explican las enseñanzas se cambian por esculturas en relieve en los niveles uno y dos (Kamadhatu y Rupadhatu). Es interesante perderse a primera hora de la mañana, sobre las 8 am, para evitar las multitudes. En forma de pirámide con cuatro aristas, el visitante hace bien en empezar la ruta en la puerta, para luego ir completando cada uno de los niveles siguiendo las agujas del reloj. En el tercer nivel (Arupadhatu o Nirvana) se erige una estupa de dimensiones colosales flanqueada por decenas de otras estupas de menor tamaño. Las imágenes de buda meditando se pueden encontrar en cualquiera de los tres niveles. Aunque en el último se localizan dentro de las mismas estupas. 

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Vista de algunas de las estupas de Borobudur, en Yogyakarta (Indonesia).

 

Aunque el templo se erigió como lugar de peregrinación, en la actualidad resulta imposible abstraerse de las hordas de visitantes indonesios que recalan en él, en especial colegios e institutos. Si se es occidental en Borobudur, en el templo experimentará lo más cercano a saborear la popularidad instantánea. Decenas de jóvenes solicitarán entre nerviosos y cohibidos, una fotografía con usted. Cuando se empieza ya no hay marcha atrás e incluso se pueden originar colas para tomar una instantánea. Cualquier móvil con cámara de fotos es suficiente para inmortalizar el encuentro entre culturas.

 

Esther experimentando el fenómeno fan entre los escolares que visitan Borobudur,
en Yogyakarta (Indonesia).

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