
Atuación de la BRIMO tras una celebración de los seguidores del FC Barcelona.
En memoria de Laura Martínez, gran periodista, cuya sonrisa inundaba siempre de luz los momentos que compartí con ella.
Los sindicatos de policías europeas se ponen en pie de guerra ante el aumento de la violencia a la que, según Eurocop, la Confederación Europea de Policías, se enfrentan día a día sin medios y, en ocasiones, sin la suficiente preparación. “Pedimos estandarizar y homogeneizar la formación de las policías de toda Europa”, solicita vivamente Àngels Bosch, una Mosso d’Esquadra de 50 años, destinada en Puigcerdà, y que ostenta también el cargo de presidenta de la Eurocop. “Los delitos no tienen fronteras y por eso la policía tampoco debería de tener fronteras”, apostilla Bosch. Razones no le faltan a tenor del incremento de situaciones de alto riesgo a las que las policías europeas, en su conjunto, deben enfrentarse con la fuerte irrupción del terrorismo islámico.
Ahí va un breve resumen. Empezando por el caso más reciente, el del vehículo cargado con bombonas de gas butano frente a la catedral de Notre Dame, en Francia. “Se tardó dos horas en neutralizar el peligro, y mientras tanto el corazón de París paralizado”, apunta Àngels Bosch. La operación se saldó con cuatro detenciones. Pero la retahíla de lamentaciones continúa. Todo sucedido en lo que va de año. Una mujer policía fue atacada gravemente con un cuchillo en Bélgica. En Christiania, la conflictiva “ciudad libre” del mismo país, dos policías fueron disparados, dejando a uno de ellos malherido. En Bruselas, en el tristemente célebre barrio de Molenbeek, dos agentes fueron atacados con cuchillos. Continuando en Bélica, 18 coches policía fueron incendiados. En Calais, la policía francesa está desbordada por la crisis de refugiados. Y en Irlanda del Norte, los agentes continúan con sus labores antiterroristas, mirando en los bajos de sus vehículos y cambiando de domicilio en algunos casos debido a las amenazas.

De izquierda a derecha: David Miquel, portavoz del SPC, Àngels Bosch, presidenta de Europol, y Roberto Seijó, secretario general de ErNE.
No hay que viajar a países de la vieja Europa para corroborar que la situación de los cuerpos policial de la Unión es todo un polvorín, aseguran desde sindicatos de Mossos d’Esquadra y de la Ertzanitza. Tanto el Sindicato de Policías de Catalunya (SPC) como el Sindicato Profesional de la Policía Autónoma Vasca (ErNE) han contribuido en esfuerzos para sustituir el Reglamento de la Agencia de la UE para la Cooperación Policial que, hasta entonces, no les consideraba “como autoridades competentes” en materia de seguridad internacional. El objetivo era subsanar el “agravio” que sufrían esos dos cuerpos policiales como “consecuencia de la falta de información directa en los organismos europeos”, reflexiona David Miquel, portavoz del SPC.
El nuevo reglamento publicado el pasado mes de mayo de 2016 en el Diario Oficial de la Unión Europea exige a los estados miembros a que autoricen contactos directos entre autoridades competentes y Europol. Es decir, que no únicamente Policía Nacional y Guardia Civil se sentaran en las mesas a más alto nivel de seguridad nacional. La nueva normativa europea exige que tanto Mossos como Ertzaintza tengan un asiento permanente en este tipo de reuniones. Sobre todo, después de que España lleve casi dos años en alerta antiterrorista cuatro de cinco.

Operación de los Mossos d’Esquadra contra del tráfico de drógas en el Raval, Barcelona.
La Europol ha confeccionado un archivo de más de 3.000 sospechosos de ser potencialmente terroristas en Europa, entre retornados de países en guerra, y radicalizados en Europa. Francia y Bélgica son los dos grandes graneros de terroristas. “La policía de calle no tiene acceso a este archivo cuando tiene que hacer identificaciones”, se lamenta la portavoz de Eurocop. Los tres sindicatos piden que se haga una única base de datos que pueda ser consultada por todas las policías. “Es la única manera de poder luchar contra el terrorismo”, reflexiona Bosch.
Un peligro, el del terrorismo, que es el mismo en toda Europa ya que los terroristas pueden atacar en cualquier sitio, según la versión oficial. Pero al que además de con información, también se le derrota con más presencia policial en las calles y con más armamento, aclaran los tres sindicatos. Algo de lo que precisamente carecen tanto los Mossos como la Ertzaintza. En Catalunya, el consejero de Interior Jordi Jané, aseguró en comisión parlamentaria la creación de un fondo de contingencia de 11,5 millones de euros destinado a la formación de los agentes y al pago de futuras horas extra. “Hay una falta de 1500 agentes, si estos agentes estuvieran en la calle no serían necesarias las horas extra”, se queja David Miquel, Portavoz del Sindicato de Policías de Catalunya.

Jordi Jané, Consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya.
Desde el mismo sindicato denuncian la suspensión de la convocatoria de nuevas plazas para Mossos d’Esquadra mientras el Gobierno de la Generalitat ha dado luz verde a una nueva promoción de altos mandos. “No hacen falta más Mossos en los despachos sino en la calle”, asegura David Miquel. El SPC también alerta sobre la infradotación de armamento para los agentes encargados de la seguridad ciudadana en caso de atentado terrorista. “No se nos dan armas largas, si en Catalunya tuviéramos que enfrentarnos a una situación de ataque terrorista, tendríamos que responder con el arma reglamentaria, una nueve milímetros”, avisa el portavoz de SPC. Según fuentes cercanas a la formación de la policía autonómica catalana, las prácticas de tiro con arma larga se reducen a 10 disparos, ni tan sólo un cargador completo. “Eso mientras que los gendarmes franceses disponen de este tipo de armas para patrullar en las playas y en Alemania están blindando los coches patrulla, ”, se lamenta David Miquel.

Cordón policial de los Mossos ante una protesta de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ante una visita de Mariano Rajoy a Barcelona.