Punto de control y toma de temperatura para evitar la propagación del ébola en la zona fronteriza de Katuna, entre Uganda y Rwanda.
El ébola sigue muy presente en África. El virus mató a centenares de miles de personas hace un par de años, y permanece activo. Actualmente continúa habiendo brotes de esta mortífera enfermedad en varios países, en más cercano a nosotros, el Congo, por ejemplo. Es por eso que en las zonas fronterizas con la RDC, como en la frontera de Katuna (entre Rwanda y Uganda) hay establecido un control mediante el cual personal sanitario coloca un termómetro en la cabeza de todo aquel que pretende cruzar de Uganda a Rwanda. Si la temperatura es excesiva, eso puede significar que la persona padece la enfermedad.
Las autoridades ugandesas reparten trípticos donde especifican los síntomas y los métodos de prevención. Algunas de las señales que pueden poner en alerta a la población son: dolor de cabeza, heridas sangrantes en ojos, boca, oídos, incluso partes íntimas, vómitos con sangre, dolor de músculos y articular, entre otras.
Para prevenir el contagio: hay que quemar inmediatamente los cuerpos de las personas que han muerto por el ébola. También se recomienda lavarse las manos con jabón después de haber atendido a un paciente con esta enfermedad. Es obligatorio avisar a las autoridades médicas en caso de que haya un presunto brote de contagio. Hay que evitar por cualquier medio que en los funerales la gente se lave las manos de forma comunal. Por último, -y lo más sorprendente para nosotros-, se recomienda no comer carne de animales muertos como los monos.
Varias personas cruzan de Rwanda a Uganda en la frontera de Cyannika.
También encontramos este tipo de controles en la frontera de Cyanika (entre Uganda y Rwanda). En este caso nos hicieron lavarnos las manos y también nos tomaron la temperatura cuando pretendíamos cruzar de vuelta a Rwanda.
Control de temperatura en el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta en Nairobi (Kenya).
Incluso, en el aeropuerto internacional de Nairobi (Kenya), hay preocupación por el ébola. En el avión de Rwanda a Kenya nos hicieron rellenar un formulario preguntándonos si padecíamos diferentes síntomas que indican que uno se puede haber infectado con el virus. Una vez aterrizamos, primero nos hicieron pasar un nuevo control de temperatura, con cámaras térmicas, que revelaban el calor corporal. Y posteriormente tuvimos que presentar los certificados de vacunación de la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla, y también de la rabia.