Río Mara, en el PN de Masai Mara, Kenia.
Cada año millones de ñus y también muchas cebras migran desde el Serengeti al Masai Mara, a través del río Mara. Se produce de julio a septiembre. Van en busca de nuevos pastos. Seguro todos hemos visto las duras imágenes de las estampidas de los ñus cruzando el río, mientras algunos son devorados por los cocodrilos, y otros asfixiados flotando río abajo.
Todo esto sucede donde nos encontramos, en este paso natural del río Mara, frontera natural entre Tanzania y Kenia. Por cierto, como podéis ver, ahora no hay casi agua en este tramo por que estamos en plena estación seca. Con las lluvias, el río baja lleno, y los cocodrilos merodean, casi sumergidos, atentos para hincarle el diente al primer ñu que se atreva a cruzar.
Estando físicamente en una de sus márgenes, -y a pesar de que el cauce baja seco-, se percibe la infinita lucha por la supervivencia de la que cada año este río es testigo. Aquí paso a transcribir la reflexión que ha suscitado en mi la visita que hemos hecho a la zona. Un paraje tantas veces visto en documentales del continente africano en su estado más puro.
“Justo detrás de mi, el río Mara. Marca la frontera entre el Serengueti, en Tanzania, y el Masai Mara, en Kenia. Aquí es donde se produce la gran migración. Millones y millones de cebras y ñus tienen que pasar cada año, desde junio y hasta septiembre, desde el Serengueti al Masai Mara. Cruzando esta agua, infestadas de cocodrilos. Aquí se producen imágenes realmente dramáticas. Y los ñus y las cebras utilizan este camino. Muchos caminos como este. Para intentar salir del agua sin ser cazados por los cocodrilos y dirigirse hacia los verdes pastos donde se podrán reproducir. Luego, en el mes de septiembre, vuelta de nuevo al Serengueti cruzando de nuevo las peligrosas aguas de este río Mara.