Dos días después del “visto para sentencia” del juicio del 9N, los tres encausados se sientan de nuevo juntos para contestar preguntas, pero en este caso, en un plató de la televisión autonómica catalana. El ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha vuelto a insistir que volvería a poner las urnas “en las mismas condiciones”, porque “ni el TC, ni el mismo fiscal que estaba de guardia hicieron nada para evitarlo”. Mas ha asegurado que el objetivo de su gobierno no era desobedecer sino permitir a los catalanes que votaran por primera vez sobre la independencia de Catalunya. “La Fiscalía no me envió ningún requerimiento para pararlo, nadie movía un dedo, ¿y querían que nosotros enterráramos a nuestra criatura?”, se ha preguntado retóricamente Mas.

Sobre el juicio, los tres han asegurado que no había base para que les sometieran a un proceso judicial. “En la intervención el fiscal utilizó una parte muy larga para justificar la independencia de la Fiscalía y del propio Estado, se les estaba viendo el plumero”, ha reflexionado Mas. La ex consejera Joana Ortega, ha criticado la actuación de la Fiscalía General del Estado “nos parece una barbaridad esconderse detrás del código penal para evitar el dialogo”. En la misma línea se ha pronunciado la diputada por Junts Pel Sí, Irene Rigau,  “se trata de una acusación que tiene un débil fundamento, nosotros dábamos cumplimento a un programa electoral, a un mandato del Parlament”.

En su fuero interno, los tres encausados se sienten inocentes. “Para mi la peor condena sería que yo me sintiera culpable, pero como no me siento, en este sentido no me pueden condenar a sentirme culpable”, ha reflexionado Mas. Por su parte Ortega ha asegurado “que tengo la conciencia tranquila” y la ex consejera de Educación, Irene Rigau, ha confesado que está “convencida de su inocencia”.

A pesar de que Ortega ha asegurado “que no está por la desobediencia”, sí que cree que “la política es dialogo”, y no lo está habiendo. En ese aspecto Mas ha lanzado un dardo envenenado a la Cup. “La desobediencia es un marco mental que ha intentado imponer la Cup en este país”, ha espetado el ex president. “No buscamos la desobediencia por la desobediencia, buscamos una cosa en positivo”. Aunque Mas no ha descartado completamente desobedecer en el horizonte del movimiento soberanista. “Como consecuencia de hacer actos de autoafirmaciónn una de sus consecuencias puede ser que en algún momento se llegue a desobedecer”, ha apuntado.

En cuanto a la celebración de un referéndum sobre la independencia de Catalunya, el ex presidente de la Generalitat ve una gran diferencia con respecto al proceso participativo del 9N, “ahora tenemos una mayoría soberanista en el Parlament”. Artur Mas ve en la movilización uno de los mayores activos del soberanismo, “que nos acompañaran 40.000 a un juicio, o que dos millones de personas salgan cada año de forma cívica es una carta que tenemos nosotros y que no tiene el Estado”. Sobre la foto fija en la que se encuentran las relaciones entre Catalunya y España, Mas ha sido contundente, “España ya perdido la mitad de Catalunya”. Cree el dirigente de la antigua Convergencia que en los últimos años la mitad de los catalanes han roto los lazos con el resto del Estado. “Estamos en un punto en que llegaremos  al final del camino y entonces se verá la acumulación de fuerzas de los dos lados».

“No se puede ir contra un pueblo, no me cabe en la cabeza que no haya nadie al otro lado que no quiera dialogar”, ha lamentado Ortega. “Cuando Rajoy habla de secesión, yo hablo de emancipación, lo mismo que cuando una pareja no funciona”, ha reconocido Mas. Por su lado, Rigau ha asegurado que no comprende “como el Partido Popular de aquí no explica lo que está sucediendo en Catalunya en el resto de España”. “Yo creo que sí está enferma la democracia, porque por un lado se dice que hay operación dialogo y por la otra se persigue judicialmente a los políticos catalanes”, ha apuntado Mas.